sábado, 5 de febrero de 2011

PARA SOLUCIONAR TE DEBES DE IMPLICAR









Respecto a los diferentes modelos de administración de la convivencia que se llevan a cabo en las aulas tengo que decir que son muchos los que existen, pero que no hay ninguno que sea el más eficaz o el mejor, ya que es imposible que exista uno perfecto para las millones de situaciones conflictivas que se pueden dar en cualquier aula, por ello debemos de conocer los diferentes modelos que existen, trabajar a través de ellos, observar los resultados que producen y escoger lo mejor de cada uno, según las necesidades y características de nuestros alumnos, es decir que tenemos que utilizar de la manera más adecuada los recursos y métodos que existen.

Actualmente se aplican dos modelos, muy distintos entre sí, para cuestiones de conflicto, uno es el modelo punitivo, el cual se basa en aplicar un castigo al alumno, generalmente al que incumple la norma o agrede a otro, el castigo es un punto negativo, un parte o una expulsión, normalmente este modelo se aplica en los centros de secundaria, y según mi experiencia (yo me gané un puñado de partes durante mi estancia en el instituto) este método no busca en el alumno la reflexión sobre el acto y sobre sus consecuencias (consecuencias sobre un compañero, sobre si mismo, sobre algo material, etc.) si no que lo único que puede provocar en él sería un sentimiento de haber sido castigado por alguien que no tiene mucha idea de el porque actúa así, quien o qué factores han desencadenado esta reacción, etc., ya que ese adulto que escribe en su agenda un parte dirigido a sus padres ni siquiera le a preguntado ¿Por qué lo has hecho? Por lo tanto en mi opinión el resultado de este modelo es que el conflicto o el problema no queda cerrado ni resulto, si no que queda en "continuará..." Por ejemplo, me acuerdo de un parte que recibí en la clase de música de 2º de la E.S.O, yo era una chica muy habladora, con ganas de reír, de pasarmelo bien, etc. y un día mientras el profesor explicaba algo yo cantaba con una amiga una canción, bueno pues el colmo fue que ese profesor siendo de música me pusiera un parte "por estar cantando en clase", algo que no tiene sentido, pues ¿no estaba en clase de música? ... En este caso ahora me doy cuanta que ese parte no sirvió para nada en mi vida ya que continué hablando, mientras que el profesor explicaba, durante todo el curso, por lo que ahora me pregunto ¿por qué, querido profesor de música, no me hiciste cantar delante de toda la clase o por lo menos por que no fomentaste el canto en nuestra clase si veías que nos gustaba tanto? a lo mejor si me hubieras hecho cantar delante de todos nunca más te habría molestado durante tus explicaciones, ahora te digo que con un parte no conseguiste nada.

El otro modelo es el relacional y relacional-integrado, más usados en las aulas de primaria, que tratan el conflicto haciendo participar tanto al agresor como a la victima, o al destructor de mobiliario, o al que tiene peleas fuera del cole, etc., para que vean sus actos y se hagan responsables de ellos, para que vean las consecuencias tanto en él como en otras personas, y así puedan llegar a reflexionar, a cambiar, a mejorar en ese aspecto... en definitiva estos modelos tienen como resultado que el alumno sea consciente de sus errores como individuo de la sociedad y que asuma los cargos, las consecuencias, los problemas, etc.
La diferencia que existe entre un modelo relacional y un modelo relacional-integrado es que en el primero el conflicto se media, se habla y se soluciona entre las partes implicadas y el mediador del centro (ya sea el profesor, el tutor, el mediador de conflictos, etc.), como un acto privado, y en el segundo el conflicto se media, se habla y se soluciona dentro del contexto que les une a los implicados, en un acto publico, como por ejemplo delante de toda la clase, la cual es testigo de como se ha ido desarrollando ese conflicto desde el primer día.
Ambos modelos se basan en el dialogo, y a través de este, en la reflexión por parte de cada individuo.

En mi experiencia en las prácticas pude ver como muchos de los conflictos que ocurrían entre iguales primero se resolvían haciendo una reunión entre las partes implicadas pero luego la que había actuado mal respecto a la otra persona debía de cumplir un castigo, el más frecuente, quedarse sin recreo, o cuando se producían conflictos durante algún juego en educación física se escuchaba a las dos partes pero como el profesor observaba como se comportaba cada uno, el que no hubiese cumplido las normas se quedaba sin jugar.

Por lo tanto, según mi experiencia tanto como alumna como profesora en prácticas he de decir que lo fundamental para que en el aula haya un ambiente de colaboración ,de respeto, de amistad... es que se fijen unas normas, consensuadas entre alumnos y profesor, que impliquen a todos en su creación (tanto profesores, directiva, alumnos, familias...) en las que se fijen las consecuencias de incumplir una norma, de faltar el respeto a alguien, de no colaborar, etc., para que los alumnos sean constantemente conscientes de lo que les puede pasar según los comportamientos que lleven a cabo; y todas estas normas crearlas según el ambiente y contexto de la clase, del colegio y del barrio, y trabajar a partir de el.

Un buen método es hacer que el agresor compense, mediante acciones de ayuda hacia la victima, el dolor o el daño producido, lo que significa ir mas allá del pedir perdón, lo que provocará que se equilibren otra vez el protagonismo y los sentimientos de ambas partes, para que el resultado no sea la superioridad y culpabilidad de uno frente a la inferioridad e inocencia del otro, si no que se alivien los daños producidos, se asuman las consecuencias y se resuelva el conflicto para empezar de cero una nueva relación.

Mi reflexión sobre la gestión de conflictos entre iguales es que siempre tenemos que tener en cuenta lo que está viviendo ese alumno,lo que ve, como lo ve, lo que piensa, lo que siente, como se siente y así podremos llegar a lo mas interno de él, ayudarles cuando nos necesitan, para corregir sus errores,ayudarle para que sean capaces de resolver todos los problemas y dificultades con los que se encuentren a lo largo de su vida, en definitiva ayudarles a crecer como personas que viven en sociedad y que desean vivir de la forma mas completa y feliz.

Debemos de desechar al profesor que con sus exigencias, prejuicios, notas, partes y etiquetas va dañando poco a poco el autoestima, la felicidad y las posibilidades internas del alumno, ya que el resultado de esto será la frustración del individuo hacia la escuela y al enseñanza.

Se puede trabajar de forma armónica con modelos punitivos y con modelos relacionales integrados siempre que busquemos, como nuestro fin, el resolver el conflicto y reconciliar a las partes implicadas, para poder decir, ¿Pasamos página?




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